A lo largo de su historia, España ha atravesado momentos de adversidad económica y escasez que han puesto a prueba la gestión del hogar de los españoles. Desde la posguerra de la Guerra Civil hasta la crisis económica de 2008, las familias españolas han desarrollado estrategias para gestionar sus finanzas de manera efectiva.
A continuación, te ofrecemos consejos basados en estas experiencias históricas para ayudarte a navegar los tiempos difíciles.
Índice del artículo
Identifica tus Ingresos y Gastos
Durante la posguerra de la Guerra Civil Española (1936-1939), la escasez de alimentos y recursos obligó a las familias a llevar un registro meticuloso de sus ingresos y gastos. Este hábito les permitió optimizar cada céntimo y asignar con sabiduría sus limitados recursos.
El viejo dicho español “hay que aprender a contar las perrillas” nunca ha sido más cierto que en épocas de incertidumbre económica. Conocer al dedillo tus ingresos y gastos mensuales es el paso número uno para tomar el control de tus finanzas familiares.
La palabra “perrillas” es una forma coloquial de referirse a las monedas de menor valor, como los céntimos. La expresión enfatiza la necesidad de ser cuidadoso y astuto al manejar incluso las cantidades más pequeñas, ya que estas pueden sumar y tener un impacto significativo en la economía personal.
Imagínate que tus finanzas son como un gran puzle. Cada ingreso, ya sea tu sueldo, las prestaciones o cualquier otra fuente de dinero que entre en casa, es una pieza importante. Y lo mismo ocurre con tus gastos: el alquiler o la hipoteca, las facturas de la luz, el agua, el gas, los préstamos, la comida, el transporte y todo lo demás en lo que gastas tu dinero mes a mes.
Así que lo primero es sentarte tranquilamente y hacer un listado detallado de todas esas piezas del puzle. Anota con calma tus ingresos, hasta el último céntimo que entre por la puerta. Y luego haz lo mismo con tus gastos fijos, como el alquiler o la hipoteca, y tus gastos variables, como la comida o el ocio.
No te olvides de incluir esos pequeños gastos que a veces pasamos por alto, como el café por la mañana o la suscripción a una aplicación de móvil. Esos pequeños caprichos pueden sumar más de lo que crees.
Una vez tengas todo bien apuntado y organizado, podrás ver con claridad dónde entra tu dinero y en qué se va. Es como tener un mapa detallado de tus finanzas familiares, lo que te permitirá tomar decisiones más inteligentes sobre cómo gestionar mejor los recursos de tu hogar.
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Establece Prioridades
Ahora que tienes claro todo lo que entra y sale de tu bolsillo, es el momento de poner orden en ese pequeño caos. Y para ello, nada mejor que establecer prioridades claras y sensatas.
En los años de la dictadura franquista (1939-1975), cuando los salarios eran bajos y los bienes de consumo escaseaban, las familias tuvieron que priorizar sus gastos en necesidades básicas como el alojamiento, la alimentación y la atención médica. Esta lección de establecer prioridades sigue siendo valiosa en tiempos de crisis.
Imagina que tienes que hacer las maletas para un viaje y solo puedes meter en la maleta lo imprescindible. ¿Qué meterías primero? Seguramente la ropa, el neceser con tus artículos de aseo personal y tus documentos importantes. Todo lo demás, como los juguetes o los libros, tendría que esperar a ver si queda sitio.
Pues con tus gastos pasa lo mismo. Hay cosas que son absolutamente esenciales, como tener un techo sobre tu cabeza y comida en la mesa. A estas necesidades básicas hay que sumarles otros gastos fundamentales, como la atención médica, el transporte para ir a trabajar o la educación de los niños.
Estas serían las primeras “prendas” que meterías en la maleta de tus finanzas. Son los gastos prioritarios, aquellos que no puedes permitirte recortar o eliminar. Cúbrelos primero con tus ingresos y asegúrate de que nunca te falte dinero para estas necesidades fundamentales.
Una vez tengas esa base cubierta, puedes mirar el resto de tus gastos con más calma. ¿Necesitas realmente pagar esas suscripciones a plataformas de streaming? ¿O podrías prescindir de alguna de ellas? ¿Qué hay de esas comidas fuera de casa varios días a la semana? Quizás sea mejor cocinar más en casa.
Al establecer prioridades, separarás lo verdaderamente esencial de lo accesorio. Así podrás tomar decisiones más inteligentes sobre en qué gastar y en qué ahorrar. Y tranquilo, no tienes que renunciar a todos los caprichos. Siempre puedes dejar un hueco en la maleta para meter algún antojo, pero con moderación.
Recorta Gastos Innecesarios
Durante la crisis económica de 2008, conocida como la “Gran Recesión”, muchos hogares españoles se vieron obligados a recortar gastos no esenciales.
Dejaron de lado las compras impulsivas, redujeron los gastos en ocio y entretenimiento, y aprendieron a vivir con menos.
Crea un Fondo de Emergencia
Las familias que lograron ahorrar un fondo de emergencia durante los años de bonanza económica pudieron hacer frente mejor a los tiempos difíciles.
Esta lección, aprendida de crisis pasadas, sigue siendo relevante hoy en día.
Aprovecha las Oportunidades de Ahorro
En épocas de escasez, como la posguerra, las familias españolas se volvieron expertas en aprovechar al máximo los recursos disponibles.
Aprendieron a reutilizar y reparar, a cultivar sus propios alimentos y a buscar alternativas más económicas.
Planifica para el Futuro
Después de la dictadura franquista y la transición a la democracia, muchas familias españolas comprendieron la importancia de planificar a largo plazo.
Empezaron a ahorrar para la educación de sus hijos y para una jubilación más cómoda.
Involucra a Toda la Familia
Durante las épocas de adversidad, las familias españolas se unieron y trabajaron en equipo para superar los desafíos. Todos los miembros del hogar, desde los más jóvenes hasta los mayores, contribuyeron con su esfuerzo y compromiso.
Estas lecciones de la historia española nos recuerdan que, incluso en los momentos más difíciles, es posible gestionar de manera inteligente el presupuesto familiar.
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