Las excusas son barreras mentales que fabricamos para evitar la sensación de fracaso o incomodidad. Las ponemos porque nuestro cerebro busca la opción más cómoda y segura, evitando el riesgo a toda costa.
Desde un “no tengo tiempo” hasta un “no es el momento adecuado”, las excusas funcionan como un escudo que nos protege de nuestras inseguridades, pero al mismo tiempo, nos mantienen atrapados en la mediocridad.
Si quieres avanzar, deja de poner excusas y empieza a tomar control de tu vida. Este artículo está diseñado para ayudarte a reconocer cómo estás saboteándote y a descubrir cómo cambiar este patrón desde hoy.
Índice del artículo
Las excusas el refugio de la zona de confort
Tu zona de confort es ese lugar mental en el que todo se siente seguro, donde nada te reta y donde los resultados son siempre predecibles. ¿El problema? Nada crece en ese lugar.
Poner excusas es como encender una chimenea en tu zona de confort: te da la ilusión de estar cálido y protegido, pero a la larga, ese calor se convierte en humo que asfixia tus sueños.
Las excusas nacen de miedos: miedo al rechazo, al fracaso, o incluso al éxito. Si sigues alimentando esos temores con justificativos como “no soy lo suficientemente bueno” o “no es el momento ideal”, estás dejando que tu futuro sea definido por tus inseguridades.
Poner excusas te mantiene ocupado con razones, pero vacío de resultados. Para salir de este círculo, lo primero que necesitas entender es que las excusas no son la realidad; son solo historias que te cuentas a ti mismo para evitar el dolor de actuar.
El costo oculto de las excusas en tu vida
Cada vez que dices “lo haré mañana” o “esto no es para mí”, estás pagando un precio que quizá ni siquiera te das cuenta de que estás asumiendo. El costo no siempre es evidente al principio, pero con el tiempo se hace imposible de ignorar: proyectos inacabados, metas aplazadas, oportunidades perdidas y una sensación constante de insatisfacción.
¿Sabías que las excusas se convierten en un hábito tan arraigado que empiezan a definir tu identidad? Es lo que muchos llaman el “síndrome de esqueísmo”, ese comportamiento de siempre tener una excusa preparada, como si fuera un reflejo automático.
¿Qué significa poner excusas en este contexto? Es simple: estás evitando vivir la vida que realmente quieres y mereces. Si sigues posponiendo decisiones importantes, lo único que lograrás será mirar atrás con arrepentimiento.
Hoy es el momento de romper ese ciclo. Deja de poner excusas hoy para que el nuevo año sea el mejor de tu vida.
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Pasos prácticos para dejar de poner excusas
Entonces, ¿cómo puedes empezar a dejar de poner excusas y tomar acción? Aquí tienes algunas estrategias que puedes aplicar desde este momento:
Elimina los “no puedo” de tu vocabulario
Las palabras tienen un poder enorme. Cada vez que dices “no puedo”, estás reforzando la idea de que no eres capaz, incluso cuando eso no es cierto.
En lugar de decir “no puedo hacerlo”, prueba con “¿cómo puedo hacerlo?”. Este cambio en tu lenguaje activa una mentalidad de soluciones en lugar de una de problemas. Esto no es un truco mágico; es una forma de reprogramar tu mente para que empiece a buscar posibilidades en lugar de barreras.
Comprométete con algo pequeño
Cuando haces un compromiso público, por más pequeño que sea, te obligas a rendir cuentas. Si le dices a alguien que empezarás a correr tres veces por semana o que entregarás ese proyecto el viernes, crearás una presión social que te motivará a cumplir.
No necesitas grandes gestos; lo importante es que elijas algo alcanzable y lo declares en voz alta. Es un paso simple pero efectivo para dejar las excusas atrás y comenzar a actuar.
Crea una rutina inmediata que elimine barreras
Muchas veces las excusas surgen porque no tenemos un plan claro o un sistema que facilite la acción. Si quieres empezar a hacer ejercicio, por ejemplo, prepara tu ropa deportiva la noche anterior y colócala justo al lado de tu cama.
Si necesitas escribir un informe, deja el documento abierto en tu computadora con un borrador listo para completar. Al eliminar las pequeñas fricciones que dificultan comenzar, haces que sea más fácil tomar acción y menos probable que inventes razones para no hacerlo.
Cambia tu entorno
Si estás rodeado de distracciones o de personas que justifican la inacción, será mucho más difícil avanzar. Rodéate de personas que valoren el esfuerzo y el crecimiento personal.
Además, organiza tu espacio físico para que esté alineado con tus objetivos. Si quieres leer más, ten siempre un libro a la mano; si quieres comer sano, llena tu refrigerador con alimentos nutritivos.
Estos pequeños cambios físicos tienen un impacto psicológico poderoso.
Aplica la regla de los 5 minutos
La regla de los 5 minutos consiste en decirte a ti mismo que solo trabajarás en algo durante 5 minutos. Una vez que hayas comenzado, te darás cuenta de que es mucho más fácil seguir adelante.
Este método es ideal para superar la procrastinación y dejar de poner excusas, ya que elimina la barrera inicial del esfuerzo.
Finalmente, el cambio no ocurre de la noche a la mañana, pero empieza con un primer paso, por pequeño que sea. La próxima vez que encuentres una excusa en tu mente, reemplázala con una acción, por simple que parezca.
Hazlo por ti, porque lo vales, porque el tiempo no espera y porque ya es hora. Deja de poner excusas y comiences a vivir en realidad.
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